El destacado compositor y percusionista Enrique Bonne Castillo, creador del icónico ritmo Pilón, falleció en la ciudad de Santiago de Cuba a los 98 años. Según trascendió, el músico enfrentaba complicaciones de salud derivadas de la leucemia y una bronconeumonía, las cuales marcaron el final de una vida dedicada por completo a enriquecer el acervo cultural cubano. Considerado una de las últimas leyendas vivas de la música cubana, Bonne deja un legado que trasciende las fronteras de la isla. Su prolífica carrera marcó un antes y un después en la música popular, destacándose como uno de los compositores más innovadores de su tiempo. El ritmo Pilón, que nació de su ingenio, se convirtió en uno de los géneros más representativos de la sonoridad cubana, llevado al éxito por agrupaciones como Los Van Van y Pacho Alonso. Enrique Bonne no solo fue un creador de géneros, sino también un defensor de las raíces musicales de su tierra. Sus composiciones, cargadas de ritmos contagiosos y líricas que reflejaban el alma del pueblo cubano, se mantendrán como testimonio de su genio artístico. El ámbito cultural de Cuba despide a una figura insustituible cuya influencia continuará viva en las generaciones venideras. Con su partida, se cierra un capítulo dorado de la música cubana, pero su obra sigue resonando como un símbolo de identidad y orgullo nacional.